...Porque siempre hay un "Plan B" para cada ocasión...para alegrarnos el día a bocados y pequeños tragos...

viernes, 29 de mayo de 2015

#Crónicas_Albariñas (II)

Tres fechas; y un salto en el tiempo para centrarme en dos. La tercera, más tarde. 14, 17 y 24 de abril y 24 vinos distintos que no me hacen temer por el futuro de la uva albariña. Sí, 24 vinos distintos.

De todos ellos, 18 se los debo a Alberto Nanclares que, con 10 días de diferencia en dos catas realizadas en Santiago, ha sido capaz de sorprenderme no repitiendo ninguno de los vinos que se trajo. Tengo muchísimas cosas buenas que decir de Alberto, pero si tuviera que definirlo en pocas palabras, sin duda elegiría: Nobleza, Honestidad y Trabajo. Eso se percibe nada más escucharlo hablar, su sensibilidad manifiesta, su minuciosidad y gusto por las cosas bien hechas; y, siendo esto así, nada malo puede salir de sus viñas.

La relación de Alberto con Galicia y el vino no está exenta de anécdotas (economista de profesión, nacido en Miranda de Ebro), pero nada parecía augurar que acabaría comprando "casa con finca" en Castrelo (Cambados) y dedicándose a esto de hacer vino de calidad. Así fue que Alberto acabó viniéndose a vivir a las Rías Baixas y teniendo en posesión casi una Ha de viñedo: Paraje Mina, así se llamaba la finca anexa a la casa, y también uno de sus vinos.
Alberto elabora vinos de sus parcelas, en solitario, vinos con sus amigos, y recientemente se ha embarcado en la realización de tinto en la Ribeira Sacra. De todo eso se habló en sus dos catas, y se cataron vinos, muchos vinos; y como no pretendo daros la chapa describiendo los 17 que caté, prefiero hablar del trabajo de Alberto y comentar lo que llamó más mi atención de todo lo que pude ver y beber ambos días.
Alberto Nanclares, en una de sus catas en Santiago

Comenzó aprendiendo a trabajar la viña y vendiendo la uva a bodegas de la zona, pero, lo que en principio era pasatiempo, acabó siendo pasión y razón de vida. El respeto por las cepas y su entorno se convirtió en lema y filosofía del trabajo de Alberto. Tanto es así que elabora su propio compost con algas de la zona y restos de la elaboración del vino en bodega y también emplea compuestos vegetales para tratar la viña. Nada de herbicidas y de correcciones en el vino.  Ahora está comenzando con la transición del viñedo convencional a ecológico (algo que ya ha hecho en algunas de sus fincas con excelente resultado) y cuenta con Jordi QuerolBernardo Estévez (Issué) y André Rodrigues (Quinta Soalheiro) para asesorarlo en aspectos relacionados con tratamiento del suelo y cuidado y prevención de enfermedades en las viñas.
Vinos catados en Singulario (foto: Singulario)

14 de abril, esta vez en Singulario, un día en que todo fue inesperado, y acabó así:
  • Vertical de Tempus Vivendi (2011-2012-2013-2014)
  • Nanclares 2011
  • Soverribas 2012
  • Paraje Mina 2012-2013
  • Coccinella 2013
  • Crisopa 2011

Tempus Vivendi, el vino más "básico" (entrecomillo lo de básico, se entiende por qué) de la bodega. Vertical de todas las añadas que existen. Demostración una vez más de que el Albariño no es un "aquí te pillo, aquí te mato". Que los años le sientan muy bien, cuando los cuidados en la viña y la elaboración es la correcta.
Nanclares y Soverribas van subiendo peldaños en mi escala particular; El primero, coupage, parte fermentado en depósito de inox  y parte (33%) en tino de roble francés; Soverribas, fermentado en su totalidad en tino de roble francés. Aquí me quedo con Soverribas 2012; madera perfectamente integrada, un vino aromático, persistente en boca.
Paraje Mina 2012-2013, es una elaboración exclusiva para Singulario. Una añada se elaboró completamente en inox y en la otra se empleó madera. Aunque a principio me decanté por el inox, la verdad es que la madera le está sentando bien a este vino...

Turno luego para el homenaje de Alberto a los amigos de la viña:  Crisopa, ese insecto que se come los pulgones y otros insectos perjudiciales y Coccinella (Mariquita, Xoaniña), otro voraz depredador de insectos "malos":

Coccinella nace de la parcela Inxertal (Padrenda, Meaño), cepas centenarias de un albariño simplemente espectacular. Muy pocas botellas de un proyecto compartido con otro grande en esto del vino, José Luis Aragunde (Ribeira de Fefiñáns). Esta añada (la segunda) tiene crianza en madera, a diferencia de la primera, que aporta algo más de redondez al vino. Vino mineral, combinado con toques de fruta madura, equilibrio y salinidad... un vino elegante y profundo.

Crisopa 2011, el vino "maltratado" e "insultado", como bien nos contó Alberto, un albariño, como los elaborados antaño, pisando la uva despalillada con los pies y luego fermentando sobre sus hollejos (un 50% de la uva) durante 15 días. Nace de la finca Mananiña y el 50% del mosto de fermenta en tino de madera . Cero aditivos para un vino natural, que no dejará indeferente a nadie. Probablemente disguste, o más probablemente apasione. Qué decir: Yo soy de lo segundo. Conviene abrirlo un par de horas antes, y el resultado va cambiando a medida que pasa el tiempo. Al principio en nariz se muestra algo comedido; pero luego expresa su elegancia y complejidad. En boca tiene cuerpo y permanencia brutal y una acidez realmente excelente. Vuelve a venirme el recuerdo (y me río) de lo que nos dijo Alberto. Le recomendaron que tirase el vino, que no era bueno ni para mezclar... La D.O. parece que pensó lo mismo... Pues que lo siga pensando...
Esa noche también hubo una sorpresa, que aunque no es Albariño, me apetece mencionar. Alberto se trajo una muestra (todavía sin embotellar) de O Miñato da Raña, su proyecto de Mencía tierra adentro. En Esperón (Saviñao), en colaboración de nuevo con Aragunde, con uva de la finca de A Raña, de Roberto Regal (otro grande), cultivada en ecológico por éste y elaborada bajo la supervisión de Alberto en la bodega de Roberto.
Por la Ribeira Sacra hay más proyectos, pero esta vez toca hablar de albariño.
Vinos catados en Gastroteca SCQ
24 de abril, de vuelta a Gastroteca SCQ y su segunda sesión de (Re)Descubrir el Albariño; 8 vinos distintos a la anterior cata:
  • Vertical de Dandelion 2011-2012-2013-2014
  • Crisopa 2013
  • Nanclares 2012
  • Soverribas 2011
  • Coccinella 2012
Como anécdota, Alberto, sin querer, jugó con nuestra percepción al traer sin etiqueta trasera de añada Dandelion 13 y 14 (Vilariño, Cambados). Y, como siempre, nada es lo que parece. El 14 más seco y profundo, más redondo que el 13 que contenía más azúcar residual y más toques cítricos que el anterior. Dandelión (bonito nombre: Diente de León), es una elaboración especial para Aragunde, diseñador también de la etiqueta.

En esta ocasión ganó para mí Nanclares 2012, en compración con Soverribas 2011, aunque de nuevo los dos estaban espectaculares. Nanclares 12 con una acidez mejor integrada y notable, toques anisados y de piel de naranja, un vino complejo y realmente grande. Soverribas 11 más profundo tal vez, más mineral y con una salinidad que me encanta.
(Me extiendo y no quiero)
Qué decir de Crisopa 2013, pues que casi casi que acabó gustándome más que el 2011 (quiero el 2012!!). Aunque  ya lo habíamos probado "Off The Record" en Singulario, aquel día, tal vez porque lo tuve menos tiempo en la copa, no acabo de convencerme tanto. Este día, el vino se creció, se mostró tan grande como es; un vino "sin artificios" con una boca espectacular: acidez, mineralidad y un sinfín de matices.


Coccinella 2012: la primera añada de esta maravilla. Elaborado 100% en Inox. La elegancia hecha vino; esa frase lo resume todo.

...Continuará en #Crónicas_Albariñas (III)

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